lunes, 21 de diciembre de 2020

Ruta VI - Tarazona - Nocito

 12 de agosto de 2019.

Cogemos la cámara, un par de mochilas y la tienda de campaña. Nos montamos en el coche y vamos camino a Nocito, un pueblo en la comarca de Huesca que nos han recomendado para poder conectar con nosotros mismos a través de la naturaleza.

Habíamos buscado información sobre dónde pasar la noche, pero no habíamos llamado para asegurarnos de que podríamos pasar la noche ahí. Fuimos completamente a la aventura a 200 km de casa. Trazamos nuestro propio itinerario en el mapa y subimos la música a tope. Cantábamos canciones, hacíamos fotos al paisaje y, kilómetro a kilómetro, fuimos avanzando hacia nuestro destino.


La primera parada fue en Luna, que pertenece a la comarca de las Cinco Villas (Zaragoza). Este municipio cuenta con unas 700 personas y es realmente acogedor. Hacía mucho calor, así que tan solo cogimos la cámara para ir a ver sus calles, sus edificios, su historia y la torre del reloj. Habíamos salido tarde de Tarazona, así que no teníamos demasiado tiempo para desviarnos y verlo todo con detalle. Pero quedamos realmente fascinados. No hubiéramos querido salir de ahí, así que nos sentamos a la sombra de un árbol para comer mientras disfrutábamos de las vistas.



Poco después, volvimos a abrocharnos el cinturón para aparcar en Loarre. Perteneciente a la Hoya de Huesca, es una villa que ronda los 330 habitantes. Fuimos directamente a ver su castillo. Un castillo románico del siglo XII en bastante buen estado de conservación. Un Castillo de ensueño, capaz de transformar lo más banal en algo mágico.


Todavía nos quedaba más de una hora de viaje para adentrarnos en la cara norte de la Sierra de Guara y llegar hasta la localidad de Nocito, perteneciente a Nueno (también en la Hoya de Huesca), así que volvimos a subirnos a nuestro coche azul. Teníamos que apresurarnos si no queríamos llegar de noche. Llamamos para asegurarnos de que había plazas en el camping que queríamos pasar la noche, por si teníamos que modificar la ruta y buscar otro lugar donde pernoctar.

Llegamos a tiempo.













Fuimos directos al Camping Valle de Nocito y tras hablar con la señora que lo dirigía, pusimos nuestra tienda de campaña a orillas del río Guatizalema.

A decir verdad, un matrimonio francés muy amable nos ayudó a montarla, pues era la primera vez que la usábamos y comenzaba a oscurecerse.

No nos entendíamos demasiado bien, pero mezclamos el castellano con el francés y lo complementamos con un montón de gestos, hasta que nuestra tienda quedó perfectamente montada. Tan bien montada que, al día siguiente, decidimos quedarnos una noche más.


Pero no adelantemos acontecimientos. Una vez que nos establecimos, creímos conveniente avisar a nuestra familia de que habíamos llegado sanos y salvos. Cogimos el teléfono móvil y vimos que no teníamos cobertura. Fuimos mirando por todo el pueblo, y al llegar al bar... teníamos dos rayitas. Mandamos una foto y un mensaje.

Volvimos al Camping dando un pequeño paseo. A la luz de la Luna la temperatura era muy agradable. Había perseidas, pero con tanta luminosidad... nos resultó muy difícil ver alguna.

A la mañana siguiente no madrugamos demasiado. Nos dimos una ducha y fuimos a desayunar al mismo bar que nos había brindado la oportunidad de avisar a nuestra familia.

Cogimos un libro cada uno y nos tomamos un par de cafés. 











Como viene siendo costumbre... nos hicimos amigos de un ser de cuatro patas y nos enteramos de un montón de historias relativas a la vida de ese lugar. 

Historias que quizá también podáis conocer si os animáis a pasar un par de días en este maravilloso lugar.


Cuando nos acabamos nuestras consumiciones, dejamos los libros en el coche, cogimos la cámara y fuimos a dar un paseo. Primero por las mismas calles que habíamos recorrido por la noche.

Una manada de preciosos caballos nos dio una grata sorpresa. Nos quedamos junto a ellos un montón de rato, y no hicimos nada más que observarlos y disfrutar de su compañía.













Poco a poco, fuimos adentrándonos en el corazón de la Sierra.  Pozas naturales, flora y fauna nos acompañaron. 

Qué bonito todo aquello. Con razón nos dijeron que podríamos conectar con nosotros mismos.




















Chimeneas que parecen caras, 
escudos decorando las paredes.
Verde,
verano,
rocas.

Rocas que quieren mostrarnos
un camino.

Un camino que alguien seguiría por primera vez;
un camino que ahora todos seguimos.


















El paso del tiempo lo arrasa todo,
pero la naturaleza siempre encuentra un hogar; incluso entre las ruinas.

Ruinas, que algún día, fueron el sueño de alguna persona.



El agua, la naturaleza,
                              la vida escondida en la maleza.


Nos quedamos una noche más de la cuenta. No nos daba tiempo a verlo todo. Ni siquiera nos dio tiempo así. Nos faltaron pozas, rincones, dólmenes. Pero disfrutamos de la Luna Llena. 

Al día siguiente, cuando por fin desmotamos la tienda y metimos todo en el coche, tuvimos que ir a Jaca










Ahí compramos provisiones, y fuimos a tomar un café a un bar precioso. Cerca de la Ciudadela, o Castillo de San Pedro hasta el siglo XIX, actualmente habitada por unos magníficos animales: los ciervos.

Aquí os los dejamos: descansando a la sombra.













Ah, y no se nos pueden olvidar los pajarillos despistados que posaban para nuestras fotos.

Qué mirada tan simpática, qué colores tan bellos.

Qué bonita la vida cuando aprecias instantes como estos:













Y aquí nos despedimos de esta maravillosa ciudad. Con ganas de volver algún día y poderla ver más a fondo.


Pero todavía nos quedaban tres paradas, y ya casi era la hora de comer.


Cogimos la carretera y, si bien nos hubiera gustado parar cada cien metros, tuvimos que contentarnos con hacer unas cuantas fotografías desde el coche.













Nuestro destino para comer fue Sos del Rey Católico, con 590 habitantes. De este municipio dependen cinco asentamientos de población. Fue incorporada por Ramiro I en 1044 al Reino de Aragón. Pero en esta entrada, no vamos a hablar de eso, sino de los lugares de interés:

* Iglesia de San Esteban (junto al castillo)

* Cripta de la Virgen del Perdón (S. SIV)

*Cabezo Ladrero (yacimiento arqueológico)

*Castillo de la Peña Felizana

*Casa de la Villa 

*Palacio de los Sada 

*Palacio Español de Niño

*Colegio Isidoro Gil de Jaz

*Lonja Medieval

*Parador Nacional de Turismo





*Puertas de la Muralla

*Santuario de Valentuñana

*La Judería

*Castillo de Roita

*Castillo de Añués


Pero estos lugares os pueden aparecer en cualquier página que consultéis si queréis visitar el pueblo, así que os vamos a dejar fotos de aquellos lugares que nos robaron el alma a nosotros, porque creemos que también podrán conquistar vuestros corazones.














Chimeneas y campanas. Desde ese lugar se tiene que ver el mismísimo paraíso.

















Aquí parece que podemos teletransportarnos
al ayer, ¿verdad?

Y compartir las calles con los vecinos originarios de la zona.



Una casa sobre una roca.


















Tejados y luces.
En el horizonte un cielo que fácilmente podría confundirse con el mar.


Sos, un plató de cine. Un lugar donde se ruedan tantas historias como las que se han vivido.
Un lugar mágico, con encanto. Inmortalizado de varias formas.















Dos fotos de lo mismo,
una sombra perfecta.


















En este lugar parece que podemos

vivir épocas pasadas,

futuras,

mágicas.


No queríamos irnos de ahí. 

Siempre nos pasa.

Conocemos un lugar que nos cautiva y decidimos que ahí podríamos quedarnos eternamente. Pero cuando arrancamos el coche, metemos la primera y avanzamos...

Nos damos cuenta de que permaneciendo siempre en el mismo lugar, nos perderíamos tantas y tantas, y tantas cosas... Así que la carretera nos llevó hasta Uncastillo. perteneciente también a las Cinco Villas, con una población rondando los 650 corazones.

Se sabe que los Suesetanos ya vivían aquí, así que imaginad cuántas vidas han pasado por allá... Cuántos sueños se habrán hecho realidad, cuántos corazones se habrán roto por la mitad, cuántos amores habrán surgido de la nada y cuántos amigos habrán fundido sus penas con un fantástico abrazo...
















Uncastillo cuenta con seis iglesias, un castillo, un palacio, una judería, un pozo de hielo, restos de una ciudad romana "Los Bañales", la casa consistorial" y un castillo de Sibirana del siglo X.

Además, fuera de su albergue, ¡hay recipientes para que los perritos puedan beber!












Como siempre,  la naturaleza sobrevive a la muerte y surge, una y otra vez, donde menos esperamos verla. (Y menos mal)

Aunque a decir verdad, lo que más recordamos de este lugar es su bar de la plaza. Quizá porque nosotros también sobrevivimos a la muerte gracias al café que nos tomamos, y pudimos continuar con la ruta un poco después.




¿Sabéis a dónde fuimos?

Exacto, a Sádaba (1324 habitantes), habitada por romanos hace mucho, mucho, mucho tiempo... Cuenta con un gran casco urbano de un estilo medieval, un castillo, una sinagoga (aunque en realidad es una capilla romana), el "altar de los moros"  y la Iglesia de Santa María.

No quedaba demasiado para anochecer, y estábamos muy cansados, así que visitamos el pueblo más superficialmente de lo que nos hubiera gustado. 


Dicho con otras palabras: queremos volver para poder contar con muchas más fotos. 


Con este castillo nos quedamos realmente fascinados. Parecía que el tiempo no había pasado por él...

Nos quedamos un buen rato ahí. Se respiraba tranquilidad... y, cuando vimos que el sol estaba a punto de desaparecer... emprendimos el camino de regreso a casa.





4 comentarios:

  1. Increíble blog. Enamorado estoy ♥️

    ResponderEliminar
  2. Tremenda descripción bde vuestro viaje
    .. En cuanto pase esta pandemia cogeré mi coche y mi tienda y seguiré vuestra ruta

    ResponderEliminar